Los niños tienen una fe innata, son bondadosos y se inclinan
hacia los buenos modales. En realidad, la religión, y el espiritualismo existen
en la naturaleza de los seres humanos y es suficiente prepararlos para
que rompan barreras e inhibidores del crecimiento y, por consiguiente,
florezca la joya de la humanidad en todas sus dimensiones.
Los niños nacen y con el nacimiento dan un matiz nuevo
de prosperidad y llenan de alegría la vida de sus padres. Los padres
ayudan a sus hijos a aprender a caminar, a hablar, a cómo elevar sus demandas y
miles de otras cosas necesarias, pero algunos progenitores ignoran que sus
hijos junto al bagaje de enseñanzas, desde el principio, es decir desde la
infancia, necesitan aprender los asuntos religiosos. Quizás muchos no
saben que los niños tienen fe en su Señor y se inclinan hacia los buenos
actos. De hecho, la religión y el espiritualismo existen en la
naturaleza de los todos los hombres y solo es suficiente prepararlos para
romper los obstáculos, las barreras y cualquier factor que afecte el
crecimiento, y que luego florezca la joya de la humanidad en todas sus
dimensiones.
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